La Dirección General de Concesiones del Ministerio de Obras Públicas (MOP) ha ingresado a evaluación ambiental un proyecto clave para la Región de Coquimbo: la construcción de una desaladora multipropósito destinada a abastecer de agua a las comunas de Coquimbo y La Serena, que desde 2022 han sido declaradas zonas afectadas por escasez hídrica. La inversión estimada para este proyecto asciende a US$260 millones, y se espera que la desaladora alcance una capacidad de producción final de 1.200 litros por segundo en tres fases.
La primera fase comenzará con una capacidad de 800 l/s, seguida por un incremento a 1.000 l/s en la segunda etapa. Este proyecto beneficiará a aproximadamente 460,000 personas y a sectores productivos como la agricultura e industria, según la demanda y disponibilidad de agua.
La «Desaladora de Coquimbo» estará ubicada en El Panul, al este de la Ruta 5 Norte, ocupando una superficie de 22.51 hectáreas. Su funcionamiento incluirá la captación de agua de mar a través de un ducto de 1.8 kilómetros, que llevará el agua a la planta desaladora. Allí, el agua será sometida a un proceso de pretratamiento por ultrafiltración, seguido de desalación mediante ósmosis inversa, y finalmente a un postratamiento que incluye remineralización y potabilización.
La salmuera generada durante este proceso, junto con los efluentes de limpieza, se descargará al mar a través de un emisario submarino, tras un proceso de neutralización. El Estudio de Impacto Ambiental (EIA) indica que el proyecto tendrá una vida útil de 54 años y su construcción tomará aproximadamente 55 meses, empleando en su fase inicial un promedio de 440 trabajadores.
Las bases de licitación para la construcción y operación de la planta se publicarán en noviembre, con la expectativa de adjudicación en 2025 y el inicio de obras programado para agosto de 2026. La ministra de Obras Públicas, Jessica López, enfatizó que la tramitación ambiental y el proceso de licitación avanzarán simultáneamente.
López también destacó el trabajo realizado por Aguas del Valle, que había avanzado en los estudios de impacto ambiental previos al ingreso del EIA. El delegado presidencial de Coquimbo, Galo Luna, subrayó la importancia de este proyecto para garantizar la seguridad hídrica en La Serena y Coquimbo, asegurando así el derecho humano al acceso al agua.
El gobernador regional, Wladimir Pleticosic, resaltó que la evaluación ambiental del proyecto representa un avance significativo en la lucha contra la escasez hídrica que afecta a la región, destacando la necesidad de soluciones estructurales como esta iniciativa.